Familia

«Los hijos de mi esposo no me quieren»

  • 31 enero, 2022
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Santo Domingo.-Traer a una nueva persona a la dinámica familiar siempre puede ser un momento de estrés en el sistema. Esto no es algo fuera de lo normal. Se produce porque, por lo regular, todas las interacciones humanas tienden a preferir mantener el balance que se conoce, antes que el tratar de introducir alguna variable que vaya a generar un cambio. Por eso solemos escuchar la frase «los hijos de mi esposo no me quieren».

Sin embargo, esto no quiere decir que somos incapaces de enfrentar el cambio, simplemente que somos más inclinados a la cautela. Lo que va a marcar la diferencia de si introducir a una persona nueva va a tener un efecto positivo o negativo en el sistema familiar es la forma en que esto se realice.

Ante la interrogante de entrar en una nueva dináminca familiar que puede, en algunos casos, generar conflictos, vamos a responder algunas inquietudes.

¿Qué puede hacer una nueva esposa que los hijos de su pareja no lo quieran?

Esta es una situación muy delicada y requiere ante todo de paciencia y observación. Entender que es normal que algunos hijos puedan ver a la esposa como una intrusa es vital y no debe de tomarse personal. Este sentimiento va a ser mucho más marcado en los hijos mientras más jóvenes sean estos.



El rol de la nueva esposa en esta situación es dejar que estas actitudes cumplan su ciclo de vida sin dejar que influya en como la esposa trata a los niños. Están dolidos, probablemente en un período de duelo y la esposa es un excelente foco para sus frustraciones.

Aquí es bueno tener buena observación para saber momentos en los que puede ser de ayuda y apoyo a los hijos con cosas tan simples como recogerlos en algún lugar o ayudarles con un problema escuchándoles. Poco a poco esa frustración se irá desapareciendo y siendo reemplazada por afecto y respeto.

¿Cómo se les hace entender que ella no sustituirá a su mamá?

Esta es una conversación que todos los adultos deben de tener y ponerse de acuerdo antes de hablar con los hijos, ya que ayuda que todos estén en la misma página.

Se les recuerda que Mamá es Mamá y no va a ningún lado, siempre estará allí, y que esta nueva persona puede ser alguien que brinde afecto y apoyo sin pisar ese vínculo. Recordarles que, así como hacer un nuevo amigo no es una traición a los amigos que ya tenemos, el conocer a esta persona y darle un espacio no va a romper la lealtad que se tiene con Mamá.

¿Es posible trazar límites sin que salga a relucir la frase, “no eres mi mamá”?

Quizás, pero ese “ataque” solo tiene fuerza si se le da validez. Si se quiere evitar que suceda tal incidente, se debe de tratar de ir construyendo confianza y respeto sistemáticamente y no querer imponer cosas inmediatamente en un momento en que los hijos se encuentran con muchas frustraciones buscando salir. Pero, más importante aún es recordarles que no solo Mamá pone límites.

Nuestros profesores ponen límites y no son mamá, por lo que simplemente recordar esto puede ayudar una pseudo restructuración cognitiva, que invalide ese argumento de aquí en adelante, si esto es lo que buscamos. Siempre debemos de tener en cuenta que la idea no es denigrar o burlarnos de ellos, sino ayudarles a llegar a un punto más estable de entendimiento de la realidad.

¿Cuál rol juega el esposo en esa dinámica?

El rol más delicado puede que sea el del esposo. Esto se debe a que este debe de mantener un balance, tratando de apoyar a sus hijos, tanto como a su esposa.

Tomar lados significa denigrar al otro, desprestigiándolo y, en caso de la esposa, restándole autoridad en un momento donde debe ir construyéndola poco a poco. La empatía en esta situación va a ser vital y siempre enfocándose en buscar una forma de que el sistema familiar siga adelante mejor que ayer, en lugar de pasar tiempo tratando de comprobar quien tiene la razón y quién no.

Incluso habrá momentos cuando la esposa quiera intentar más de lo que debe, o en un momento no debido, de ganarse el afecto de los hijos y es papel del esposo el poder identificar esto y ayudarla a navegar cada cosa a su tiempo.

¿Qué pasa cuando la nueva esposa los trata mal o son los hijos que tratan mal a ella?

En estos casos, la comunicación es vital. Intentar entender la raíz del por qué esto está pasando es lo más importante y lo más útil para desmantelar esta situación. Sin embargo, es sumamente difícil de hacer solo debido a las complejas mecánicas que maneja una familia y principalmente considerando que cualquier intento de arreglar las cosas puede llevar a empeorarlas drásticamente. Por lo tanto, la prioridad debería de ser buscar ayuda profesional a través de terapia familiar.

¿Puede la nueva esposa corregir o castigar a sus hijastros?

Por supuesto que sí. Pero esto es algo que no puede llegar de inmediato ni sin ningún tipo de razón.

El esposo e incluso la mamá tienen que ayudar a que los hijos entiendan que esta persona ahora es parte de la familia y a diferencia de ellos es una persona adulta que quizás conoce cosas que ellos no. Se le ayuda a entender a la esposa que respeto es algo que se gana y su rol es ganarse ese respeto al igual que la confianza de sus hijastros.

Esta confianza será el pilar en el cual se va a apoyar cualquier toma de decisión hacia los hijastros, ya que es a través de esta confianza que estos entenderán que la corrección o el castigo no es a la ligera, “porque sí” o “porque puedo”, sino porque lo ameritaba. Al final del día, la esposa, siendo una figura adulta que en momentos estará encargada del cuidado de los hijos, deberá poner límites de manera urgente, para evitar situaciones desagradables o incluso para cuidar a sus hijastros de sus propias decisiones. Si esto no sucede, ella tendrá siempre que recurrir al esposo y con esto perderá toda la autoridad que algún día pudo poseer.

¿Cuáles actividades se pueden llevar a cabo para mejorar esta relación?

Más que actividades, hay comportamientos y enfoques que se pueden tener que van a facilitar la mejoría de la relación. Algunas de las cosas que se pueden hacer son las siguientes:


*Tener paciencia: entrar de repente a una familia es difícil y darle espacio a los hijos para que se adapten es mucho mejor que tratar de forzar la aceptación. Dejar que esto ocurra orgánicamente es imprescindible.


*Observación: Tener una buena percepción para ver en qué momento se puede ofrecer ayuda con algo, o estar ahí para alguien, aun cuando este alguien no lo ha pedido, puede tener un gran valor.


*Detalles: Va de la mano con la observación. Traer a casa helado del favorito de tu nueva hijastra, cuando ella ni siquiera ha mencionado cual es. Cambiar tu voto de ir a la playa en lugar de las montañas de vacaciones porque sabes que a tu nuevo hijastro le encanta la playa. Ofrecer la respuesta a una pregunta cuando uno de ellos está haciendo su tarea y se ve un poco frustrado. Esto ayuda a mostrar aprecio.


*Nuevas actividades y tradiciones: Crear alguna nueva actividad para hacer en familia, sin menospreciar tradiciones anteriores en ninguna forma, puede ayudar a fortalecer lazos y crear nuevas memorias.


*Escuchar: Las personas normalmente escalan su nivel de frustración al sentir que no se les está entendiendo o prestando atención. A veces, dejar entender que entendimos a nuestros hijastros es mucho más importante que tratar de ver quien tiene la razón. Dar a ver que entendemos lo que quieren decir y sienten, puede ayudar a la creación de un vínculo. 

Conclusiones

Al final del día, es importante entender que los adultos son adultos y los niños son niños y que estos tienen todo el derecho de sentirse invadidos cuando se entra a una persona a su sistema sin que se tome en cuenta sus deseos y preferencias.Dar espacio para que expresen esto, y ayudarlos a navegar estos sentimientos es tan vital como cualquier otro paso.

Crear un vínculo completamente nuevo, diferente a papá y a mamá, ayudándoles a ver que estos todos pueden coexistir en armonía, ayudará a que la dinámica familiar sea más armoniosa y funcional. La evidencia más clara de esto para los hijos va a ser ver que puede haber una coexistencia entre los padres/adultos.


Sobre el autor. Lic. Jose Andrés Rodriguez, psicólogo clínico y terapeuta familiar. Experto en dinámicas infantiles y manejo a la exposición de videojuegos y aparatos electrónicos. Ofrece consultas tanto en inglés como español. Tiene su consulta en el Centro Integral Lotus.

Sobre el Centro Integral Lotus: es un espacio para el bienestar integral del individuo y la familia. Brindan asistencia, evaluación y apoyo en las distintas etapas evolutivas de la persona y el núcleo familiar. A través de un equipo multidisciplinario ofrecen servicios de psicoterapia familiar, infanto- juvenil, individual y parejas. Contactos: [email protected] 

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